Los/as orientadores educativos proporcionan apoyo práctico y emocional a los estudiantes de una institución educativa, ya sea en pequeños grupos, en aulas o individualmente. Ejercen como funcionarios escolares accesibles a los que los estudiantes pueden dirigirse para tratar una gran variedad de cuestiones. Pueden orientar sobre problemas personales, —como la integración social—, cuestiones de comportamiento, asuntos relacionados con el centro —como la elaboración de planes de estudios adecuados, hablar de la puntuación de los exámenes— e informar sobre opciones de enseñanza posobligatoria. Pueden trabajar en estrecha colaboración con un trabajador social escolar o con un psicólogo escolar y, en caso necesario, derivar a los estudiantes a otros servicios de apoyo.

Tareas

En tales casos, las tareas realizadas incluirían -
(a) Evaluar el nivel de habilidad de los/as estudiantes y determinar las necesidades de aprendizaje;
(b) Planificar, preparar y ofrecer programas de estudio, lecciones y talleres para estudiantes individuales y grupos;
(c) Preparar y presentar material sobre la teoría del área de estudio;
(d) Formar y mostrar aspectos prácticos del área de estudio;
(e) Asignar ejercicios y trabajos relevantes al nivel de habilidad, intereses y aptitudes de los/as estudiantes;
(f) Evaluar a los/as estudiantes y ofrecer consejos, críticas y ánimo;
(g) Revisar planes de estudio, contenido de cursos, materiales de cursos y métodos de instrucción;
(h) Preparar a los/as estudiantes para exámenes y evaluaciones;
(i) Asesorar a los/as estudiantes sobre temas educativos como la selección de cursos y programas, programación de clases, ajuste escolar, ausentismo, hábitos de estudio y planificación de carreras;
(j) Asesorar a los/as estudiantes para ayudarles a comprender y superar problemas personales, sociales o de comportamiento que afecten su educación;
(k) Preparar a los/as estudiantes para experiencias educativas posteriores al animarlos a explorar oportunidades de aprendizaje y perseverar con tareas desafiantes.